COMUNIDAD DE GUERREROS ESPIRITUALES
Los que trabajan demasiado
Juan 15:5 »Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.
Solo lo que hacemos en unión con Yeshúa, QUIEN ES VIDA, tiene la vida divina, es lo unico que vale y lo único que se nos contará como obra de justicia.
Los frutos provienen de la conexión con el Maestro, solo de allí. Si estamos separados de Yeshúa no habrá fruto para la eternidad. Todo será vanidad y correr detrás del viento.
Pero sabemos que ha-satán hace todo esfuerzo para robarnos éste fruto eterno. Él quiere obstaculizar a cualquier costo, nuestra permanencia con Yeshúa porque él sabe que ésta unión con Yeshúa nos fortalece.
Porque entonces estamos conectados en armonía, unidad con el Señor del cielo y de la tierra, el que tiene poder sobre todo nombre que se nombra. Es entonces, cuando su poder es nuestro y ofrece bendición para el trabajo.
Por otra parte, nosotros pobres pecadores, estando separados de Yeshúa HaMashiaj, solo podremos hacer cosas que no tengan valor, que se irán como tamo que arrebata el viento, sin importar cuan buenas parecían al principio.
Ésa es la razón por la cual ha-satán utiliza todas las astucias posibles para hacer que nuestro trabajo NOS ABSORBA POR COMPLETO, y que así nos separe de nuestro Creador. La misma técnica usó en Egipto con los hijos de Israel.
El trabajo nos puede encadenar porque nos interesa demasiado, porque satisface nuestros deseos humanos, y porque en él hallamos satisfacción.
El trabajo puede incitar nuestra ambición. Queremos lograr muchas cosas y obtener éxito, posición y reconocimiento.
Algunos simplemente aman el trabajo. Les gusta ver lo que hacen. O el trabajo puede llegar a ser un escape, un modo de apaciguar nuestras conciencias, por cuanto no hemos mantenido nuestras vidas correctamente.
En esas situaciones, nuestros períodos de oración se nos hacen muy insoportables.
Algunas personas que tienen mucho que hacer caen en la prisa alocada. Están tensas y por lo tanto no pueden orar mientras trabajan.
De modo que ha-satán nos llega procedente de varias direcciones y trata de llevarnos al trabajo excesivo, poco a poco. Con tal de que dejemos de lado a nuestro Salvador.
Pues ha-satán ES EL ESPIRITU MALICIOSO DE LA INTRANQUILIDAD. Yeshúa, en cambio es el Príncipe de Paz. El que hace su trabajo junto con El, está en paz, y no tiene prisa. Es cuando nuestro trabajo industrioso no es una loca premura. Entonces no estamos esclavizados por el trabajo, ni movidos por él, sino que trabajamos conjuntamente con el Padre, sacando la fortaleza que necesitamos de nuestros períodos de quietud.
Entonces es cuando el trabajo está lleno de vida divina, de celo y de gozo.
Pero usualmente hay cadenas que nos atan a nuestro trabajo. Y vez tras vez, nos damos cuenta de que pasamos demasiado tiempo sin comunión con nuestro Salvador, durante el transcurso del día.
En realidad cuando estamos empeñados en diversas tareas, tenemos la tendencia a olvidarnos de Él durante horas! No permanecemos en Él, nos desconectamos. Se comienza de a poco, pero cada vez los períodos de alejamiento son mas prolongados. Ésto significa que tenemos EXCESO DE TRABAJO.
Entonces el exceso en nuestro trabajo ya no debe ser tolerado en nuestras vidas. No es un simple ajetreo inócuo, ni de un simple "perderse uno en el trabajo", sino mas bien algo que nos va a llevar hacia el resbaladero.
Hemos aplicado las palabras de Yeshúa a nuestro propio trabajo?
Juan 15:6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, los echan en el fuego y arden.
El destino del que está demasiado ocupado, es de ser "echado fuera". Seran echados fuera de la presencia de Yeshúa y de su reino, porque a la vista de Él, no trabajaron para Dios, ni por amor personal hacia Él.
Sencillamente ya no permanecen en El.
No solo se quemarán sus obras, sino la misma persona que NO TUVO TIEMPO para Él.
De modo que tenemos que ser redimidos del trabajo excesivo, no importa lo que nos cueste, con el tiempo veremos la bendición del Eterno.
Pero como llegamos a esa liberación? Permaneciendo en Él. Haciendo todo conjuntamente con Yeshúa. Ésta es una práctica, es una disciplina, es un hábito que luego se convertirá en una NECESIDAD.
Debiéramos practicar invocar el nombre de Yeshúa HaMashiaj, vez tras vez en nuestros corazones. Mientras estemos trabajando deberiamos decir: PADRE, ESTO LO HAGO PARA TÍ, PARA TÍ... es buscar la conexión, buscar la permanencia.
Nuestro corazón todo el día conectado al SUYO. Antes de irnos a dormir, preguntemonos si estuvimos con Yeshúa durante el día. Pidamos al Ruaj Hacodesh -Espiritu Santo de Dios-, que al día siguiente nos exhorte a pensar en Yeshúa.
En la oración de la mañana, antes de ir al trabajo, pongamos esta petición otra vez delante de Él. Y si estamos sufriendo especialmente bajo el pecado del excesivo trabajo, debemos pedir que nos ayude, enseñe y nos haga recordar a hacer cada tanto
una oracion en nuestro trabajo... ÉL LO HARÁ!
No debemos dejar de rogarle al Señor que nos permita, permanecer en Mashiaj -Cristo-, aunque experimentemos muchas derrotas.
Cada vez que hayamos perdido contacto con Él en el trabajo, debemos tratar de establecer de nuevo la conexión, aunque sea necesario hacer eso 100 veces al dia! De esto depende el fruto de nuestra labor para la eternidad. Tenemos que establecernos una meta definida de fé.
Pidámosle a Yeshúa todos los días:
Amado Yeshúa: Permíteme estar inmerso en tí, mas y mas sumergido, hasta que ya no pueda perderte. Por el poder de tu sangre, y su precio, LIBRAME PADRE MÍO, de la esclavitud del trabajo. Ayúdame a tener un trabajo que no me saque tiempo para servirte.
Yeshúa: Tú eres todo para mí! Hablaré y trabajaré contigo! Quiero planificar, considerar y hacer todas mis decisiones contigo.
No debe hacerse nada sin tí. Nunca tu quedarás de lado. Me ato fuertemente a Ti, de modo que nada pueda separarnos durante el día: ni el trabajo, ni la carga, ni otro interés, ni el gozo. Que yo, para siempre viva en tu santa presencia, porque TU estás aquí!
El Padre contestará esta oración, y nosotros experimentaremos que Yeshúa es el Redentor, que nos librará de las cadenas que nos atan a nuestro trabajo. ENTONCES ESTAREMOS ATADOS A ÉL y daremos frutos para su gloria.
Adolfo Gustavo & Cristina Blanc-Ramírez
Investigadores y Escritores sobre Raíces Hebreas.
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